El uso de nombres femeninos en las calles y avenidas porteñas es escaso

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Publicado: 12/10/2017
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La nomenclatura urbana evolucionó según la concepción cultural dominante en cada época. Un dato llama la atención: el uso de nombres femeninos en las calles y avenidas es escasísimo, si se lo compara con los masculinos que figuran en el mapa porteño.


Según un relevamiento de LN Data , sólo 92 de las 2208 arterias con nombres de personas recuerdan a mujeres. Es decir que suman apenas el 4% del total. Además, casi el 40% de los barrios (18 de 48) no poseen referencias a mujeres dentro de sus perímetros, pero concentran 563 calles con denominación masculina.

Almagro, Balvanera, Belgrano, Boedo, Monserrat, Monte Castro, Parque Chas, Parque Patricios, Paternal, San Cristóbal, San Telmo, Versalles, Villa del Parque, Villa Luro, Villa Ortúzar, Villa Real y Villa Riachuelo se codean en el ranking de barrios sin calles que recuerden a mujeres. Les siguen, con sólo una calle con esa característica, La Boca, Constitución, Floresta, Liniers, Recoleta, Retiro, Saavedra, San Nicolás, Villa Crespo, Villa Devoto, Villa General Mitre y Villa Urquiza.

En la mayoría de estos distritos predominan -de acuerdo con el libro Las mil y una curiosidades de Buenos Aires, de Diego Zigiotto- referencias de todo tipo y naturaleza, alejadas casi en forma deliberada del mundo femenino: desde militares, juristas, ciudades argentinas, políticos, batallas, marinos, médicos, sacerdotes, escritores, funcionarios, poetas y conquistadores hasta animales, actores, deportistas, inventores y líderes extranjeros.

Pedro Damián Orden, secretario general de la Asociación de Sociólogos de la República Argentina, relacionó la escasez de nombres femeninos "con el lugar que tradicionalmente se le ha asignado a la mujer en nuestra sociedad. Aún hoy vivimos en un país fuertemente machista y patriarcal. La historia oficial argentina ha establecido la centralidad del heroísmo recordable para los varones; militares, políticos, artistas, entre otros. Lo cual no extrañaría, pues también ha sido registrada, escrita y divulgada por varones". Según el especialista, "la progresiva introducción de nombres de mujeres en las calles es un fenómeno reciente, asentado en cambios de base sociocultural".

Efectivamente, sólo la historia reciente parece haber recogido el guante de la igualdad y las conquistas. Ese espíritu se refleja al recorrer la zona más moderna de la Capital: Puerto Madero. Con 27 arterias que remiten a heroínas y revolucionarias que lucharon con valentía contra los prejuicios de su época -eran consideradas ciudadanas de segunda- y defendieron la libertad y la independencia, es el barrio porteño que concentra la mayor cantidad de nombres de mujeres notables en sus calles, como dispuso la ordenanza Nº 49.668, dictada en 1995.

"Noté que las calles se prolongaban del otro lado del corredor Madero-Huergo con el mismo nombre que tenían, es decir, Viamonte, Perón, Sarmiento o Belgrano. Les propuse a los bloques parlamentarios de aquellos años que las calles y espacios públicos del nuevo barrio tuvieran nombres de mujeres y la aceptación fue unánime", recordó Leticia Maronese, autora del libro Mujeres y calles. Nomenclatura porteña y ex integrante de la Comisión Permanente de Nomenclatura Urbana.

Fuente: LA NACION

De este modo, en las calles de Puerto Madero se mezclan, sin preferencias ni clases, las pioneras de la militancia política femenina local, las activistas sociales, las defensoras de los derechos humanos, las artistas, las profesionales destacadas y las líderes argentinas y del continente americano.

Otros barrios con presencia femenina en su nomenclatura, aunque en menor cantidad, son Villa Soldati, Coghlan, Vélez Sarsfield, Villa Santa Rita y Parque Chacabuco.

Liliana Barela, ex directora general de Patrimonio e Instituto Histórico porteño, explicó que "la nomenclatura urbana ofrece una valiosa lectura historiográfica de la política comunal" y Buenos Aires la retrata a la perfección con las etapas por las que transitó y transita. En el documento titulado "Barrios, calles y plazas de la ciudad de Buenos Aires, origen y razón de sus nombres", afirmó que "se puede hacer historia con los monumentos y con las calles, las que se proponen y las que se censuran, las que se borran y las que se agregan". Y concluyó que, "con menor o mayor justicia, los nombres de los lugares públicos pasan a ser una referencia, una identificación que se consustancia con la vida cotidiana. Dan marco a ese sentido de pertenencia que toma cuerpo en el cruce de una esquina, en la cuadra, en el barrio o en la plaza".

Lo cierto es que, al menos por ahora, Puerto Madero no tendrá competencia en ningún otro barrio que pueda promover un cambio en la nomenclatura. Si bien son varios los espacios que les rinden tributo y hay mayor conciencia e intención de hacerlo notar, no hay indicios ni proyectos actuales de incorporar más nombres femeninos en arterias de Buenos Aires, según se desprende de las últimas audiencias públicas y sesiones celebradas en la Legislatura porteña, que tiene potestad sobre el proceso de denominación de las calles y otros elementos del paisaje urbano.

Alberto Gabriel Piñeiro, autor de libros sobre nomenclatura urbana, sostuvo: "En los años 90 se inició el proyecto para darles nombre de mujer a calles de Puerto Madero. Esa decisión se tomó porque la mujer estaba muy subrepresentada en la nomenclatura. Eso sucedía porque también estaba subrepresentada en la vida política, social y cultural del país. La mujer no tenía participación pública".

Y concluyó: "Si uno se detiene a ver muchas de las que sí tienen una calle con su nombre, fueron mujeres «de» o más reconocidas por la actividad que realizaban que por ser mujeres. Juana Manuela Gorriti, por ejemplo; da la sensación de que obedece más a la rareza de que una mujer escribiera que por la calidad de lo que ha escrito. Con la entrada del siglo XX, la mujer empezó a tener un papel cada vez más predominante". Pero aún la nomenclatura no la reconoce lo suficiente.


Las primeras, en 1983

Juana Azurduy

Heroína boliviana, acompañó a su esposo, Manuel Asencio Padilla, en la lucha por la independencia del Alto Perú. Muerto Padilla, ella continuó

Manuela Pedraza

Fue la esposa de un cabo que abatió a un soldado enemigo durante la primera invasión inglesa. Liniers la integró al Batallón de Patricios

Policarpa Salvatierra

Conocida como la Pola, la heroína colombiana fue fusilada en 1817 por no delatar a los patriotas durante la lucha por la independencia