La Legislatura revisará las multas del Código Contravencional en 2018

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Publicado: 01/11/2017
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La agenda parlamentaria de 2018 reflotará una vieja demanda: la modificación del Código Contravencional de la Ciudad, un articulado que no se revisa desde hace 13 años e incluye los castigos frente a casos de alcoholemia, manteros y trapitos, entre otros.


Luego de mucha insistencia de la Justicia, la Legislatura tratará un proyecto para que los montos sean más altos y se actualicen al ritmo de la inflación.

El Ministerio de Seguridad y Justicia de la Ciudad está elaborando un texto. El cambio central que propone es que las sanciones económicas no tengan un número determinado en dinero sino en Unidades Fijas (UF), que equivalen al precio de medio litro de nafta del mayor octanaje que vendan las estaciones YPF del Automóvil Club Argentino. Ese valor se actualiza en forma semestral: el último cambio fue en septiembre y llevó la UF a $ 11,15, el doble que hace dos años.

En el caso de los cuidacoches, la modificación del Código iría acompañada del cambio de una parte central del artículo vigente donde, para constituirse la contravención, se refiere a la "exigencia de una retribución" y su necesidad de probarla. Con el nuevo artículo esa concepción se sustituiría así y directamente se penaría a todo aquel que cuide autos sin autorización legal.

En los últimos años, en varias oportunidades el macrismo intentó prohibir la actividad, pero nunca consiguió de la oposición el consenso para llegar al mínimo de 31 votos necesarios para la reforma. A su vez, en 2012 el Ejecutivo vetó una ley impulsada por la oposición de entonces que proponía legalizar a los trapitos a través de un registro oficial.

La situación de los manteros también es polémica. Es que el artículo N° 83 plantea que no hay contravención si sólo se venden productos que no impliquen una competencia desleal hacia los comercios. De todas formas, la problemática de la venta ilegal se alivió mucho en el último año y medio, por los desalojos en avenida Avellaneda, Once y otros centros comerciales donde abundaban los manteros.

Fuente: Clarin