La ampliación del MAM sumará siete salas para exposiciones de arte en la Ciudad
La Ciudad comenzará a saldar una vieja deuda con el arte contemporáneo cuando en julio se inaugure la ampliación de El Museo de Arte Moderno (MAM), también conocido como El Moderno. Con su nueva configuración el edificio pasará de tener 2300 a 4000 metros cuadrados para exposiciones.
El proyecto y parte de las obras de remodelación del MAM comenzó durante la gestión de Jorge Telerman pero disminuyeron casi a cero en los ocho años de gobierno de Mauricio Macri. Cuando Horacio Rodríguez Larreta corte la cinta dentro de cuatro meses romperá una maldición que lleva varias décadas en la Argentina: la inauguración de un nuevo museo público de artes plásticas en la Ciudad.
La ampliación del MAM sumará siete salas nuevas, dos dedicadas al patrimonio y las restantes al arte moderno y contemporáneo, nacional e internacional. Según un renombrado gestor cultural el lugar necesitaría el doble del presupuesto actual -alrededor de 27 millones por año- para competir con otros museos latinoamericanos similares, pero la remodelación solucionará una de las grandes problemáticas porteñas.
Buenos Aires quedó relegada a un cuarto puesto en Latinoamérica en artes plásticas, hace décadas que no inaugura superficie museística de primer nivel para muestras de nivel.
"Hay muy poco espacio museístico de primer nivel", explicó a LPO el especialista. Para exponer obras de arte los espacios necesitan condiciones particulares de luminosidad, humedad y temperatura que escasean en Buenos Aires.
Esa dificultad sumada a los bajos presupuestos de las organizaciones públicas relegaron a la Ciudad al cuarto lugar en arte latinoamericano moderno y contemporáneo. El Distrito Federal mexicano, San Pablo y Bogotá superan a la Ciudad en la calidad de sus muestras.
El Museo de Bellas Artes y la Sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta son los únicos espacios que pueden albergar grandes exposiciones. "Se avanzó muy poco durante la gestión de Hernán Lombardi", reflexionó el gestor.
La falta de metros tuvo una inesperada consecuencia: hasta ahora la Ciudad no pudo aprovechar el oneroso contrato que suscribió con Art Basel porque no dispone de salas para las exhibiciones.
"El Moderno es un museo difícil porque está en una ubicación lejos del circuito Florida y del eje de Libertador que incluye al Fernández Blanco, Malba y Bellas Artes", comentó el director de un museo porteño a LPO. "Las muestras tienen curaduría y trabajo de investigación. Una preparación muy profesional", elogió, desde el anonimato, a la directora Victoria Noorthoorn.
"Tener arte internacional es carísimo. Es muy complicado porque estamos muy lejos. Como director no lo justifico. Prefiero invertir en mostrar arte argentino bien estudiado salvo que cuentes con un apoyo institucional muy importante", explicó la fuente museística a LPO.
La Ciudad aún no pudo aprovechar los beneficios del contrato contrato que suscribió con Art Basel porque no cuenta con salas para las exhibiciones
Respecto al presupuesto, aseguró que el trabajo en los museos públicos es mucho más complicado que en los que tienen un régimen privado o mixto. "No es lo mismo tener una asociación de amigos que un board que pone plata y presencia. El sistema público que tienen los países del cono sur está limitado por lo que pongan los estados y sus sponsors", agregó.
Para este año El Moderno inaugurará el edificio ampliado con "Historia de dos mundos: Un diálogo entre la colección del MMK y la historia del arte experimental latinoamericano, 1944 -1989", una exposición internacional del MAM y del Museum für Moderne Kunst Frankfurt (MMK). Antes habrá una exposición con fotos inéditas de Aldo Sessa y una muestra de la fotógrafa sudafricana Zanele Muholi.
La obra que finalizará en junio próximo, a cargo del arquitecto Carlos Sallaberry, consiste en integrar la estructura completa del museo, que comprende dos edificios: el Museo actual ubicado sobre la avenida San Juan y el contiguo, ubicado en la esquina de San Juan y Defensa.
El anterior proyecto de ampliación, que comenzó en el año 2005 a cargo del consagrado arquitecto Emilio Ambasz, incorporó espacios verdes en todos los niveles. También conservó restos arqueológicos que corresponden a una construcción del siglo XVIII conocida como "La casa del naranjo", una de las más antiguas de Buenos Aires.
Además de las salas, la obra permitirá al museo contar con un auditorio, un café, incorporar la biblioteca que funcionaba en un edificio cercano, mejorará la circulación, agregará dos ascensores y una nueva escalera. Y ampliar la tienda.
Fuente lapoliticaonline.com
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