Según el Gobierno porteño, en 2018 se registró una reducción de 29.258,6 toneladas. Esto, dicen, se logró por la inauguración en 2013 de una planta que trata los residuos áridos (escombros y restos de obra), que permite reutilizar 2.500 de las 6.700 toneladas de basura que genera la Ciudad por día. También hay 300 puntos verdes, 2.500 contenedores verdes y dos plantas de procesamiento MRF (Material Recycling Facility).
“Aumentamos las bocas de captación y la capacidad de procesamiento. Así logramos bajar un 53% la cantidad de toneladas que enterramos desde 2013, cuando empezó este proceso”, sostiene Eduardo Macchiavelli, el ministro de Ambiente y Espacio Público porteño.
A su vez, en los municipios del conurbano y en la Provincia argumentan que, en algunos casos, el aumento de las cifras registradas se debe a que los residuos que antes iban a basurales a cielo abierto ahora son enviados a los rellenos. “En general, un incremento sostenido del envío de residuos a la CEAMSE indica una mejora de la gestión”, señala Javier Arguilla, director de residuos del Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS), la autoridad ambiental bonaerense. “Tratamos de formalizar cooperativas de recolectores y estandarizar los procesos de las plantas de reciclaje que tienen los municipios para poder contabilizar lo que se recupera en función del objetivo de reducir la disposición final”, agrega el funcionario. Pero por el momento, no hay cifras oficiales de tasas de recupero.
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