Los conductores de Panorama Político, Alejando Pérez y Jorge Espinola, entrevistaron telefónicamente al diputado provincial de Chubut Emanuel Fernandez.
Pasarse al transporte público e incluso mudarse a Capital son algunas de las estrategias para evitar que el traslado diario se devore el sueldo.
“Vivía en Maschwitz, 'abandoné' el auto en lo de mis viejos y me mudé a Capital, donde trabajo. A largo o mediano plazo me era más rentable pagar un alquiler que mantener un coche y pagar los viajes diarios”, explica Fernando Taborda (28). La lógica es irrefutable: entre peajes, gasoil y cochera, tenía que gastar entre $600 y $700 por día, más de $3.000 por semana, unos $13.000 en promedio por mes. Eso, sin sumarle los gastos de mantenimiento del vehículo, el seguro y la patente. Con todo ese dinero, cuenta, ahora se paga un alquiler a diez cuadras de la oficina.
A los aumentos de un 33% en promedio en los peajes de los accesos Norte y Oeste, se les sumaron a los pocos días subas de casi un 35% en las tarifas de las autopistas porteñas 25 de Mayo, Perito Moreno e Illia. Y la semana pasada les llegó el turno a la autopista Ezeiza-Cañuelas y la Riccheri, con ajustes que promedian el 45%.
Hay que sumar a eso el costo del combustible, que también se incrementó: desde hace dos semanas, el litro del gasoil más económico en las estaciones de servicio YPF de Capital cuesta $36,17, y el de mayor calidad, $42,33. La nafta súper vale $38,67 y la premium (Infinia), $44,62.
“Por el aumento de los peajes y los combustibles, se ve un traslado de la gente al transporte público. Además de los costos, mucha gente elige estas opciones porque no tienen que conducir y pueden usar ese tiempo para leer o dormir”, observa Ernesto Arriaga, quien desde hace décadas informa del estado de las calles y autopistas en medios y, desde hace unos años, en Twitter.
Esta observación tiene su correlato en cifras oficiales. Entre 2017 y 2018 aumentó casi un 10% la cantidad de pasajeros de las líneas Mitre, Sarmiento, Roca, Belgrano Sur y San Martín, según datos de Trenes Argentinos Operaciones. No es un porcentaje menor: representa casi 31 millones de usuarios más en un año.
La suba en el uso del colectivo, en cambio, fue más suave: de 2016 a 2018 se sumaron 100.000 pasajeros que conectan GBA con Capital con este medio de transporte. Un 2%, de acuerdo a los números relevados por la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT).
A su vez, los sucesivos incrementos del propio transporte público tuvieron un efecto derrame en la elección de los usuarios: muchos de quienes tomaban combis, ahora se pasaron al colectivo diferencial -en muchos casos, mucho más barato- o directamente al servicio común. “Antes tenías que llamar el día anterior para reservar combi, si no no encontrabas lugar. Ahora, llamás media hora antes y conseguís siempre”, reconoce Ignacio (25), pasajero frecuente en ese medio de transporte. En empresas de combis del sur y el oeste coinciden en que cada vez tienen menos clientes.
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