El nuevo Código Urbanístico de la Ciudad favorece el negocio inmobiliario con microdepartamentos

Comparte esta publicación:

Compartir |



Publicado: 16/05/2019
   SIGUIENTE  >>

El Observatorio del Derecho a la Ciudad realizó un extenso informe sobre el nuevo Código Urbanístico y señala una característica preocupante del código: favorece la construcción de departamentos cada vez más pequeños.

En diciembre del 2018 y solo con los votos del bloque oficialista de Vamos Juntos, la Legislatura aprobó un nuevo Código Urbanístico y un nuevo Código Edificación, considerado una herramienta fundamental para determinar cómo crecerá la Ciudad en los próximos años y que establece los nuevos lineamientos sobre cuánto y dónde se puede construir, junto a los criterios y localización de actividades y usos. También se sancionó un moderno Código de Edificación que está adaptado a las nuevas tecnologías, promueve la sustentabilidad, busca generar mayor acceso a la vivienda e incluye la perspectiva de género.

Los puntos salientes del informe:

Los departamentos implicaron siempre un concepto de achicamiento superficial y de progresiva estandarización y condicionamiento de las formas de habitar. Desde el mercado inmobiliario se ha rentabilizado la reducción de los espacios de la vivienda a su más mínima expresión de lo público y lo privado.

El mercado ofrece actualmente unidades de menor superficie que hace 15 años. Una unidad de tres ambientes promedio puede totalizar unos 65 m2, cuando antes era común que rondara los 80 m2. Esto es lo que hace que el negocio inmobiliario sea cada vez más rentable, se reduce la superficie, la inversión de los desarrolladores, pero sin reducirse el costo final de las unidades habitacionales.

“Los microdepartamentos se instalaron progresivamente en el mercado a partir del uso de las unidades de oficinas como viviendas. Los discursos en torno al co-working, como el alquiler de espacios compartidos de trabajo, y co-living como el alquiler de dormitorios con espacios comunes compartidos destinados a la sociabilidad.

Augusto Penedo, desde el CPAU señalaba que para bajar los costos de los departamentos tenés dos opciones, o empeoras la calidad de la construcción o los haces más chicos. Hasta ahora se siguió la primera opción y no solucionó el problema de la vivienda, hay que probar el otro camino.

El nuevo Código Urbanístico establece una superficie mínima de 18 m2, pero no garantiza cómo compensar las necesidades de espacios alternativos para desplegar todas las necesidades de la vida doméstica.

Con el supuesto atractivo de bajar los precios de las propiedades y beneficiar el acceso a la vivienda, el mercado acomoda su margen de ganancia. Aumenta la rentabilidad porque, con la misma cantidad de ambientes, los departamentos terminan teniendo un 25% menos de superficie pero el m2 incrementa de valor. El negocio es lograr mayor cantidad de departamentos por edificio con el menor volumen constructivo.

Estar a favor o en contra de esta tipología del mercado, es estar a favor o en contra de la especulación inmobiliaria a costa de la calidad de vida de la población.

Javier Urbina, psicólogo urbanista de la UNAM, sostiene que a lo largo de meses suele traer conflictos fuertes. Cuando alguien quiere estar solo y no tiene dónde, representa una presión muy seria. En espacios reducidos, la convivencia se vuelve hostil ante la falta de privacidad, y los habitantes de estas pequeñas viviendas desarrollan una pelea por el espacio: No faltarán las disputas entre vecinos por apropiarse de áreas comunes comenta Urbina.

En esta nueva tipología, los que menos se adaptan son los segmentos etáreos extremos: los niños y los adultos. Los primeros por falta de espacio para desplegar una vida saludable, los segundos porque deben despojarse de todo su bagaje cultural, para al ingresar a un microdepartamento, poder comenzar una historia eternamente presentificada, desde cero.

Alguien podría pensar que con esta tipología comercial se está transitando hacia un socialismo decimonónico por la vía del capitalismo. Pero esto está lejos de suceder. El actual contexto en el que se proponen estos microdepartamentos no promueve el comunitarismo. Al contrario, con la constante disminución, uniformidad restrictiva, y privatización de los espacios públicos, con la concentración de la propiedad en cada vez menos manos, con el incentivo a la cultura del consumo y del individualismo, los microdepartamentos surgen sintomáticamente como otra forma más de depredación de la vida humana por parte del capitalismo.

noticiasurbanas.com.ar