Entre amparos, modificaciones, rechazos y apelaciones, la ley que busca ampliar y modernizar el estacionamiento medido en la Ciudad lleva cinco años en carpeta. Durante todo ese tiempo, lo único que se extendió fue el plazo. Reclamos de vecinos y conductores por el cuestionado accionar de las grúas.
Pero todo tiene su final y el de esta contienda jurídica lo impuso la decisión de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso, Administrativo y Tributario, que rechazó el recurso de amparo que declaraba "parcialmente inconstitucional" el mecanismo mediante el cual la Legislatura porteña aprobó la normativa en 2016. Según la Secretaría de Transporte de la Ciudad, el fallo "es inapelable porque fue una sentencia unánime que declara abstracto el planteo. Con esto, quedamos técnicamente habilitados para avanzar".
La buena nueva para el Gobierno no sólo pondría en marcha la extensión del estacionamiento medido con un sistema completamente renovado, también debería ordenar y regular el polémico servicio de grúas que desde hace 18 años monopolizan las firmas SEC y STO, con denuncias de bajo costo y un sinfín de quejas de vecinos.
Incontables son los reclamos de los vecinos, que aseguran que las grúas dañan los vehículos y que, además, se los llevan de cuadras donde sí está permitido estacionar. Además, este funcionamiento hoy impide que las tickeadoras puedan reemplazarse por tecnologías más nuevas que permitan pagar con el celular o tarjetas, por ejemplo. Así, la única manera de abonar el parquímetro es con monedas, algo que cambiará en breve.
En agosto, la Legislatura porteña ya le había dado el visto bueno a una ley que destrababa la licitación del servicio de grúas. Fue dos meses después de que el juez Francisco Ferrer, titular del juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario N° 23, aceptara el amparo presentado por Gustavo Desplats, quien fuera asesor del ex legislador Gustavo Vera. En él planteaba que de acuerdo al pliego de licitación avalado por la norma N° 5.728, de 2016, la Ciudad terminaría cediendo terrenos públicos a las empresas que ganaran la concesión para que monten las playas de acarreo.
Como esto implicaba una entrega de patrimonio público, debía ser votado por 40 de los 60 legisladores. Pero la ley fue aprobada por 33 diputados, del PRO y la Coalición Cívica. El escrito aprobado de forma definitiva en noviembre corregía, entre otros puntos, esta cuestión. "Dejamos en claro que no habrá una entrega de la propiedad de los terrenos sino una cesión sólo para usarlos como playas de acarreo mientras dure el contrato con la empresa que resulte ganadora. También cambiamos la zonificación de los dos predios cuestionados", explicaban desde el recinto.
Sorteados todos estos obstáculos legales, lo que resta es materializar los cambios, para los que ya "se avanzó hasta donde se pudo con las dos licitaciones: la de terminales multipropósito, lanzada el 14 de junio de 2017, y la de operación, el 3 de enero del año pasado", indicó a este diario la Secretaría de Transporte porteña.
Desde esa cartera aclararon además que reanudar el trabajo en este punto llevará semanas: "Habiendo pasado tanto tiempo, es necesario ajustar algunos detalles y retomar contacto con las distintas áreas de trabajo comprometidas. En eso vamos a enfocarnos por los próximos 10 o 15 días".
Con este nuevo sistema de estacionamiento medido, la grúa llegará a barrios donde hoy no está presente, lo que extenderá el control a todo el territorio porteño. Hoy hay unos 4.000 espacios con parquímetros pero, una vez que se ponga en marcha la flamante modalidad, habrá más de 86.000.
La novedad más interesante es la instalación de terminales que permitirán pagar con tarjeta de crédito, débito y SUBE y reemplazarán el ticket en papel por una factura digital. También podrá renovarse el tiempo de estacionamiento de manera remota a través de una aplicación, que a su vez habilitará el acceso a un mapa con los espacios disponibles en tiempo real, para encontrar lugar por anticipado.
Con el sistema renovado se prevé implementar dos tipos de tarifas: una progresiva en los lugares de alta densidad comercial, como se los considera al eje Cabildo-Santa Fe, Rivadavia a la altura de Almagro y Caballito, o Puerto Madero. La primera hora se abonará a un precio, la segunda a uno más alto, y así sucesivamente. En las zonas con menos demanda de estacionamiento y flujo de tránsito, en tanto, regirá una tarifa plana. A su vez, quien sea residente podrá estacionar gratis a hasta 300 metros de su domicilio.
Estacionar en la Ciudad no es tarea sencilla: se calcula que circulan por día 1.600.000 autos, de los cuales más de 600 mil no encuentran dónde parar. Esto se debe, por un lado, al crecimiento del parque automotor y, por el otro, a la reducción de espacios por el cierre de garajes y la peatonalización de calles céntricas.
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