Los conductores de Panorama Político, Alejando Pérez y Jorge Espinola, entrevistaron telefónicamente al diputado provincial de Chubut Emanuel Fernandez.
Un salpicón semanal que ya está aquí,una vez más, burlando los satélites del Kremlin y de Washington, saltando la famosa grieta, no transitando por la ancha avenida, tomando mate y descifrando los enigmas del Anarcocapitalismo:"Dont tread on me".
Hoy la vida de los vecinos de la Ciudad de Buenos Aires confluye en plazas y parques. Estos predios funcionan como una extensión de la vivienda, que en el 76% de los casos es un departamento. Después de un año de convivencia con el coronavirus no hay otra opción: para despejar la cabeza, para que los chicos corran, salten y trepen, para hacer deporte sin encerrarse bajo techo y para reunirse con amigos y familiares minimizando el riesgo, lo mejor es el espacio público y verde.
Desde mediados de 2020, cuando se empezaron a flexibilizar las medidas de la cuarentena, los parques fueron llenándose de vecinos. Y así, repletos hasta el colmo de su éxito, se fue haciendo cada vez más evidente su escasez en el mapa porteño. Pero en un punto de la ciudad, el problema no es la falta sino el bloqueo: un enorme pulmón, como el predio de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (UBA), está cerrado.
La prohibición de acceso empezó al decretarse el Aislamiento, Social, Preventivo y Obligatorio pero, a diferencia de lo que sucedió con otros espacios verdes, jamás se revirtió. Un año después, por decisión de la UBA, el ingreso al campus de Agronomía sigue vetado para los vecinos.
En la entrada principal de la facultad, en San Martín y Nogoyá, sobre las rejas alguien colocó un cartel que dice: "Prohibido el ingreso y la circulación de público". Un año atrás, por ese mismo acceso los vecinos de Agronomía, Villa del Parque, Villa Devoto, Paternal, Parque Chas y Villa Urquiza accedían a la Avenida de las Casuarinas, que se adentra en el predio. En el otro ingreso, en Constituyentes y Beiró, ahora también se topan con un portón cerrado.
En contraste con otros parques de la ciudad, en Agronomía para los vecinos todo era más agreste y más nativo, algo así como un campo urbano, pero sin la percepción de estar a metros de las avenidas San Martín, Constituyentes y Beiró.
"Yo vivo en el barrio Rawson, que toma el nombre de un médico higienista que veía la necesidad de que existieran pulmones verdes, fuente de salud y recreación, en una ciudad en crecimiento. Es curioso: qué más actual e irónico que un parque que fue pensado para que nosotros tuviéramos salud ahora esté cerrado", dice Victoria, de 27 años, una de las integrantes de Agrono de Todxs, el colectivo vecinal que reclama la reapertura del parque.
El Parque de Agronomía era un desahogo para los vecinos de 5 barrios, que ahora sólo pueden caminar o trotar alrededor del predio. Foto Rafael Mario Quinteros
Victoria se crió en la zona. Dentro del predio, cuando era chica, había un auditorio donde ella estudiaba teatro. “Así de abierta estaba la facultad al barrio”, dice. En 2018 cuando su hija nació, otra vez el espacio se convirtió en una prolongación de su casa.
"Pero con la pandemia fue terrible: tuvimos que encerrarnos y después, al salir, ya no pudimos volver al parque -lamenta-. Ahora tenemos que irnos lejos para acceder a un pedacito de tierra". A veces, con su hija a cuestas, camina 15 cuadras hasta una plaza en Villa del Parque o 18 hasta el Parque La Isla en La Paternal.
"El parque bordea cinco barrios. Con los accesos abiertos, había muchísima conectividad. Además de espacio verde, servía para acortar caminos. Hoy nos aislaron", dice. Y sigue: "Las personas que tomaron esta decisión no viven acá, no saben cuál es el impacto".
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