Los conductores de Panorama Político, Alejando Pérez y Jorge Espinola, entrevistaron telefónicamente al diputado provincial de Chubut Emanuel Fernandez.
Un salpicón semanal que ya está aquí,una vez más, burlando los satélites del Kremlin y de Washington, saltando la famosa grieta, no transitando por la ancha avenida, tomando mate y descifrando los enigmas del Anarcocapitalismo:"Dont tread on me".
La cúpula de la UIA le reclamó a Sergio Massa una devaluación, durante el encuentro que el ministro y candidato tuvo el martes pasado con la cúpula fabril. Los industriales argumentaron que el supuesto atraso del tipo de cambio oficial afecta las exportaciones de manufacturas.
Si bien desde la entidad fabril eludieron precisar el porcentaje de corrección que impulsan, LPO consultó a economistas que defienden un modelo de desarrollo de la industria nacional.
Según Federico Zirulnik, economista del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO), el tipo de cambio no es la variable a ajustar para hacer a la industria más competitiva. "No creo que la dinámica exportadora de la industria este ligada a un tipo de cambio competitivo. Los productos que nuestra industria le vende al mundo depende más de las necesidades que presenta el contexto. Dependen más del acceso a lo mercados que del tipo de cambio".
"No hay tipo de cambio que te resuelva la brecha de productividad para competir con China. Ni con un dólar a 2000 pesos podes competir con la industria textil asiática", agregó.
Coincide Martín Burgos, economista del Centro Cultural de la Cooperación, think thank del Banco Credicoop. "El tipo de cambio no está atrasado, los salarios argentinos están en niveles correctos si lo pensamos en términos de costos laborales. E incluso son bajos si lo pensamos en términos distributivos y de requerimientos para fomentar el consumo interno, que es el principal mercado para la industria argentina", explicó Burgos.
No creo que la dinámica exportadora de la industria este ligada a un tipo de cambio competitivo. No hay tipo de cambio que te resuelva la brecha de productividad para competir con China. Ni con un dólar a 2000 pesos podes competir con la industria textil asiática.
De los planteos de ambos economistas se traduce que el único efecto directo que tiene sobre la industria la suba del dólar, es el abaratamiento del costo laboral medido en moneda extranjera.
Sin embargo dentro del campo de la economía heterodoxa, difieren los economistas de Fundar, sello que ampara a ex funcionarios de la gestión de Martín Guzmán y Matías Kulfas.
En un estudio realizado por Pablo de la Vega, Emiliano Libman y Guido Zack, propone "un esquema transitorio de desdoblamiento o unificación con suba de retenciones que modere el salto cambiario inicial y su efecto inflacionario".
No obstante estos economistas afirman que "hay diferencias esenciales entre tomar una u otra opción. La primera es que un desdoblamiento cambiario podría simplificar y formalizar el caótico escenario cambiario actual, pero "sólo la unificación elimina los incentivos indeseados que surgen de la existencia de más de una cotización para un mismo activo".
Sobre el dólar industrial, en el Palacio de Hacienda estudian a Marcelo Diamand. Lo que le preocupaba a Diamand era que la baja productividad industrial y su requerimiento de divisas no alcanzaba a ser abastecida por las exportaciones agropecuarias, lo que generaba recurrentes cuellos de botella en el sector externo y fuertes presiones devaluatorias. En aquel entonces escribió: "Tenemos un sector industrial consumidor de divisas que no contribuye a producirlas y la provisión de estas divisas está a cargo del sector agropecuario de crecimiento mucho más lento". Bajo este argumento fue uno de los teóricos por excelencia del tipo de cambio alto para la industria.
Los ejes fundamentales del pensamiento de Diamand están expuestos en un famoso ensayo que publicó en 1972 bajo el título "La estructura productiva desequilibrada de la Argentina y el tipo de cambio". El desequilibrio aludía a la existencia de dos sectores con realidades muy diferentes: el agropecuario, que goza de ventajas naturales y una productividad particularmente alta, y un sector industrial con una productividad mucho menor. En base a esa premisa, Diamand sostenía la necesidad de adoptar tipos de cambios diferenciales, con un dólar más alto para la industria que la proteja razonablemente e incentive su desarrollo exportador.
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