Sólo tiene valor patrimonial 4% de los inmuebles que protege un amparo

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Publicado: 22/07/2016
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La Legislatura y, luego, la Justicia impidieron demoler propiedades anteriores a 1942; según la UBA, la mayoría son casas o galpones que no exigen preservación


En sendos intentos de proteger edificios históricos, que por lo general son construcciones antiguas, una ley porteña primero y un fallo judicial después prohibieron demoler o reformar sustancialmente inmuebles erigidos antes de 1942. Pero un estudio de la Facultad de Arquitectura y Diseño (FADU) de la UBA detectó que sólo tiene un verdadero valor patrimonial el 4% de las propiedades que quedaron incluidas bajo ese paraguas legal: 5284 sobre un total de 134.000 distribuidas en diferentes barrios.

El debate entre conservacionistas y desarrollistas vuelve a cobrar vigencia. Mientras los primeros lograron que la restricción fuera extendida en el tiempo, los dueños de las propiedades reclaman libertad para modificarlas o venderlas ya que, actualmente, obtener los permisos pertinentes les demanda trámites de larguísima duración. Y los especialistas exponen las deficiencias de la protección establecida: según ellos, se necesita un catálogo oficial definitivo de las construcciones que merecen ser protegidas.

Según constató LA NACION en una recorrida por Chacarita, Belgrano, Caballito, Flores, Palermo y Barracas, muchos de los inmuebles anteriores a 1942 están en desuso; algunos incluso tienen sus puertas y ventanas tapiadas para evitar intrusiones. Los interiores muestran generalmente un mal estado.

"Heredé un galpón que está muy venido a menos, no lo puedo mantener. Pedí dinero prestado para hacer una reforma y luego alquilarlo, pero cuando fui a hacer los trámites me dijeron que como fue construido en 1938 tengo que demostrar con un abogado que carece de valor patrimonial. No sé de dónde voy a sacar tiempo ni dinero para hacerlo", explicó el dueño de un galpón de Villa Urquiza, que pidió reserva de la identidad para evitar problemas legales.

"Con el correr de los años, mi casa quedó a oscuras, encerrada en medio de torres. Vino un señor de una inmobiliaria a hacerme una oferta para que yo vendiera y construir un edificio. Después se arrepintió, me dijo que había que demostrar que no tenía valor patrimonial", detalló una vecina de una casa de 1940 situada en la calle Salguero, en Palermo.

Éstos son apenas dos de los 128.711 casos desestimados como patrimoniales por el estudio de la FADU, que fue terminado en 2014 a pedido del gobierno porteño. Según Cristina Fernández, coordinadora del equipo de profesionales que participó del relevamiento, "la medida hace una afectación de dominio a un señor que tiene un galpón de 1940 y que está imposibilitado de venderlo hasta que le den permiso. Tiene que contratar un abogado, presentar un escrito y hacer trámites caros y engorrosos". Y agregó: "Esas construcciones, algunas fuera de uso, podrían servir para programas sociales".

Tanto ella como otros expertos -entre ellos, Hugo Montorfano, profesor de la FADU- reclaman en forma urgente la confección de un catálogo completo y definitivo de inmuebles patrimoniales, como existe en otras ciudades del mundo.

Fue la ley local Nº 2548 la que, en 2008, impuso la prohibición de modificar propiedades anteriores al 31 de diciembre de 1941. La norma, que tenía que ser prorrogada por los diputados todos los años, caducó el 31 de diciembre de 2011. Pero en febrero de este año la justicia en lo contencioso administrativo y tributario porteña hizo lugar al pedido de Basta de Demoler, la Fundación Ciudad, SOS Caballito y el Observatorio del Derecho a la Ciudad para que se volvieran a controlar las obras en esos predios.

La Justicia retomó el criterio de los legisladores: ordenó entonces que no se otorgaran autorizaciones o permisos de demolición y reformas a las construcciones registradas antes del 31 de diciembre de 1941, a menos que el Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales (CAAP) haya resuelto previamente, en forma expresa e individualizada, que el bien no posee valor patrimonial. Este consejo lo conforman miembros de la FADU, de la Sociedad Central de Arquitectos y de diversos organismos vinculados al gobierno porteño.

"No es cierto que no se puede demoler, simplemente tienen que pedir permiso", consideró Jonatan Baldiviezo, del Observatorio de Derecho. Rodolfo Fernández, de SOS Caballito, aseguró que gracias a la medida cautelar "en el barrio no se han derribado aún casas valiosas como la del arquitecto Arturo Dubourg, que corrían el riesgo de caer bajo la piqueta".

Desde el gobierno porteño admitieron las demoras en otorgar permisos, pero informaron que están abocados a acelerar los trámites. "En junio pasado evaluamos unos 3500 inmuebles, contra 100 que analizábamos antes por mes. En total, resta evaluar unos 108.000 galpones o casas, que lo único que tienen en común es ser anteriores a 1941", dijo a LA NACION Rodrigo Cruz, subsecretario de Registros e Interpretación de Catastros.

Según el funcionario, los trámites duran como máximo un mes y medio: "Instrumentamos tecnología por base de datos que brinda fichas de evaluación a las instituciones que conforman el CAAP, para que ellos determinen el valor del inmueble". Los propietarios deben primero presentar un escrito ante la Justicia, luego iniciar el trámite ante el gobierno porteño, que, a su vez, lo eleva a la CAAP, para que finalmente la Legislatura dé el veredicto final.

"Las evaluaciones que pueda hacer el CAAP son subjetivas. Se necesita un análisis racional", insistió Montorfano, al exigir un catálogo definitivo.

Del desuso a la marginación comercial

De acuerdo con los principios de economía política, los bienes adquieren valor cuando su disponibilidad es insuficiente para cubrir las necesidades que satisfacen. Por el contrario, aquellos bienes que existen en tal cantidad que una parte de ellos queda sin uso carecerán de valor. Así el valor tiene su origen en la relación existente entre esos bienes y las necesidades de los agentes económicos. Esta teoría, elaborada por el economista Carl Menger en 1871, se aplica actualmente a la problemática de las viviendas construidas antes de 1942 en la ciudad, explicó el arquitecto Gustavo Brandariz, profesor de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la UBA.

Si bien durante los últimos años se han logrado preservar joyas del patrimonio urbano, "subsiste un conjunto de inmuebles que fueron construidos hace más de 75 años, que carecen de valor patrimonial y que, al estar fuera de uso, se deterioran y van perdiendo interés por parte de los desarrolladores", aseguró el especialista.

 

FUENTE: Virginia Mejía / La Nación