Por la crisis, uno de cada tres consorcista porteño es deudor de expensas

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Publicado: 03/09/2019
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Para algunos, son un mal necesario. Para otros, una injusticia. Son el plus que se paga a causa de quienes, justamente, no lo hacen. Y que cada vez son más: uno de cada tres vecinos de edificios porteños debe expensas.

Figuran bajo el nombre de “Cuota extra”, “Déficit mensual” o “Pago por deuda”. Aparecen como un costo más en la larga lista de gastos comunes. 
 
El dato es de la Asociación Civil de Administradores de Consorcios de Propiedad Horizontal (AIPH), según la cual las expensas aumentaron entre un 40% y un 50% en los últimos doce meses. La Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad, en tanto, observa una suba mayor, del 55,4% entre julio de este año y julio de 2018. Son nada menos que 21 puntos más que la variación interanual medida en el período anterior -julio de 2018 contra el mismo mes de 2017-. Las cifras oficiales dicen también que en lo que va del 2019 la suba acumula 31,3%.
 
Para quienes viven en edificios, entonces, el panorama es desolador: está la inflación en general -que impacta en pólizas de seguros y productos de limpieza-, están los aumentos en los salarios de los encargados y, ahora cada vez más, está esta llamativa cuota extra como atajo frente a la morosidad. A eso hay que sumarles el efecto de los tarifazos, y reparaciones y mantenimiento al precio de un dólar que se disparó, y que se espera que haga escalar aún más los gastos comunes.
 
"Todas las administraciones deben recargar a los que pagan para poder cumplir en tiempo y forma las obligaciones. La luz hay que pagarla completa independientemente de si hay deudores o no. Lo mismo pasa para liquidar AySA por consorcio, que es un gasto particular que los consorcios abonan completo, pagando por los deudores”, reconoce Daniel Tocco, presidente de la Cámara Argentina de la Propiedad Horizontal y Actividades Inmobiliarias (Caphai). Señala además que estos extras pueden significar subas de hasta 15%.
 
Desde la AIPH desaconsejan cobrar este plus, "porque hace subir mucho las expensas y termina agravando el problema. Como administradores trabajamos para no irnos de presupuesto y tomar conciencia de lo que es urgente y lo que no", resalta Adrián Hilarza, de esa asociación. Sin embargo, reconoce que esta práctica existe.
 
Los consorcistas no la ven con buenos ojos. "Muchos administradores cobran este extra sin antes haber sido aprobado en asamblea, como debería ser. Es injusto para quienes pagan, que encima de ser cumplidores, deben abonar de más", señala Alicia Giménez, presidenta de la Unión de Consorcistas de la República Argentina (UCRA).
 
Para los inquilinos es aún más complicado: en muchos casos son ellos quienes terminan asumiendo el pago de ese plus, aunque no corresponda, ya que su consorcio no separa las expensas entre ordinarias y extraordinarias. Para Gervasio Muñoz, referente de la agrupación Inquilinos Agrupados, “tendría que haber un acuerdo entre el consorcio y la administración, para facilitarle el pago a quien debe y no hacérselo más difícil a quien paga”. También señala responsabilidad en el Estado, que “debería tener algún tipo de plan, y además controlar que se divida entre ordinarias, extraordinarias y extras”.
 
Esa falta de clasificación impacta también cuando hay que hacer arreglos estructurales en el edificio que no estaban previstos, y que por ley deben pagarse como expensa extraordinaria. “Recién ahora me doy cuenta de que no hicieron la distinción y me están cobrando todo a mí. Empecé hace dos años pagando $ 3.500 y ahora me vinieron $ 9.000. No sé qué hacer, y la inmobiliaria se hace la desentendida”, cuenta Maite (25), que vive en un departamento de tres ambientes en Palermo. Su caso es uno más entre montones, muestra de una situación generalizada: cada vez se paga más, muchísimo más.
 
Hasta la devaluación influye directamente en las expensas, según los administradores. Y no sólo por la suba de los precios de productos de limpieza, que además no sufrieron quita de IVA, sino por el de los insumos para mantenimiento y reparaciones, sobre todo de ascensores. “Ya se produjeron aumentos importantes en materiales de construcción y pintura, por el movimiento del dólar”, sostiene Hilarza. 
 
Después están los motivos clásicos por los que llegan expensas cada vez más caras, dentro de los cuales los incrementos a encargados es el más importante. A fines de julio la Secretaría de Trabajo homologó el último aumento logrado por el sector, en tres cuotas: un 9,5% para julio, otro 9,5% para noviembre y un último 9,5% para marzo de 2020. El acuerdo firmado también contempla revisiones en enero y abril del año próximo, “conforme al nivel general del Índice de Precios al Consumidor, calculado por el INDEC”.
 
Los consorcistas se quejan porque esos aumentos se discuten solamente entre administradores y el gremio que agrupa a los encargados, el Suterh, encabezado por Víctor Santa María, presidente del PJ porteño y ligado al kirchnerismo. Así, quedan afuera los verdaderos empleadores, que son los vecinos. “A los consorcistas no se nos tiene en cuenta, ni inquilinos ni copropietarios. Ni siquiera están todas las cámaras de administradores en la mesa de discusión”, sostiene Samuel Knopoff, presidente de la Federación de Asociaciones de Consorcios (Fedeco).
 
En este panorama, cualquier medida viene bien para ahorrar. “Hay edificios que ya ni prenden la calefacción central y cada unidad instala su propia estufa, para ahorrar”, cuenta Sandra González, presidenta de la Asociación de Defensa de los Consumidores y Usuarios de la Argentina (Adecua), que reconoce además que recibió reclamos por aumentos de expensas durante todo este año.
 
En la Unión de Consorcistas de la República Argentina (UCRA), en tanto, “una de las cosas que más nos preguntan es si se puede despedir al encargado, pagarle por horas o contratar una empresa de limpieza en su lugar”, reconoce Giménez. Con números en rojo, para muchos consorcios prender la caldera todo el día, usar calefacción central o tener un encargado de tiempo completo suenan a lujos de otros tiempos, hoy imposibles de afrontar.
 
CLARIN.COM