La novedad forma parte de la "Prueba piloto de ómnibus de combustibles alternativos del Plan de Movilidad Limpia", impulsada por la Secretaría de Transporte de la Ciudad y el Ministerio de Transporte de la Nación. Sus titulares, Juanjo Méndez y Guillermo Dietrich, presentan las unidades oficialmente este jueves.
Los colectivos a GNC tienen una autonomía de entre 300 y 400 kilómetros. Con 12 metros de largo, 28 asientos y 17 toneladas de peso, su tamaño y aspecto no difiere del resto de los micros. El motor cumple con la normativa Euro VI, que impone límites a la emisión de gases contaminantes y es una de las más exigentes.
El gas se carga en cuatro cilindros de 856 litros cada uno, con una capacidad total de 200 m3. El tiempo para completarlos, con un pico normal, es de 25 minutos, aunque con uno especial se reduce a 12 minutos.
Los dos primeros colectivos a GNC empezarán a rodar por las calles porteñas en los próximos días. Uno en la línea 50, que une Retiro con Eva Perón y General Paz, en el límite entre Mataderos y Villa Lugano. El otro estará al servicio de la línea 132, que conecta Retiro con el Cementerio de Flores.
Por ahora se trata de una prueba piloto, pero el objetivo a largo plazo es ir reemplazando los ómnibus en circulación por otros más amigables con el medio ambiente.
Como parte del mismo plan, desde diciembre circulan dos colectivos a biodiésel en las líneas 91 y 132. Este combustible es biodegradable y se elabora a partir de grasas animales o aceites vegetales, dos recursos abundantes en la Argentina. Además, los vehículos que lo utilizan emiten un 80% menos de dióxido de carbono y producen menos ruido.
Desde mayo también comenzó un plan experimental con colectivos eléctricos. Ya hay dos en la línea 59 y próximamente se incorporarán otros seis en las líneas 12, 34 y 39.
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