La medición es de Clivajes, una consultora que se creó hace unos pocos meses y tuvo un primer acierto importante: en medio de una ola de yerros generalizados, pronosticó más de dos dígitos de diferencia a favor de Alberto Fernández en las PASO presidenciales. Su encuesta porteña incluye 657 casos online, relevados entre el 11 y 16 de septiembre, y con un margen de error de +/- 3,82%.
El estudio pondera primero por separado a los candidatos porteños. Allí, Larreta llega a 49,12%, contra 37,65% de Matías Lammens, su rival del Frente de Todos. Completan Matías Tombolini (Consenso Federal) con 5,15% y Gabriel Solano (FIT-Unidad) con 3,55%. Más un 4,53% de indecisos, de los que el jefe de Gobierno necesitaría menos de un punto para ganar en primera vuelta.
Pero luego, cuando se mide a los presidenciales, Juntos por el Cambio, con Mauricio Macri, baja al 45,91%; y el Frente de Todos, con Alberto Fernández, sube a 38,54%. Como los comicios son unificados, el Presidente lo puede tirar para abajo a Larreta y forzarlo a una segunda vuelta.
Como antecedente, claro, están las primarias. Y allí, Larreta ya consiguió el número requerido para ser reelecto sin balotaje: juntó el 50,67% de los votos afirmativos (excluyendo del conteo los blancos y los nulos), contra 34,62% de Lammens.
El 11 de agosto, el jefe de Gobierno tuvo un corte a favor respecto al Presidente, que encabezaba su boleta: sacó 904.165 votos contra 871.785 de Macri. ¿Se potenciará ahora, que Larreta tiene libertad de acción para sobrevivir en su distrito? Ya para las primarias, desde la Ciudad se motorizó una picardía: en muchas escuelas las boletas oficialistas estaban dobladas exactamente al medio, con Larreta encabezando la parte local, visible; y Macri escondido del lado oculto.
El otro dato fundamental de las primarias fue el récord de voto en blanco, que llegó al 8,54%. Se supone que puede haber incidido, entre otras cosas, que candidatos presidenciales como José Luis Espert no hayan tenido oferta para jefe de Gobierno. Para pescar también allí, días atrás, Larreta se reunió y consiguió el apoyo del economista libertario.
Del lado de Lammens, donde la obsesión es inversa (forzar el balotaje), la estrategia también es clara. Intentar subirse a la oleada opositora que comandan los Fernández. Este martes, el presidente de San Lorenzo estará en un acto en la facultad de Ciencias Exactas con el ex jefe de Gabinete. El interés es mutuo: Lammens es el principal candidato que pudo poner a dedo Alberto F.
La tensión por el resultado porteño amplió al análisis a lugares impensados, como la provincia de Mendoza. El próximo domingo 29, se elegirá allí gobernador y Larreta espera que el radicalismo confirme el buen resultado de las PASO provinciales para evitar el triunfo de una camporista (Anabel Fernández Sagasti). Otra vez, objetivos opuestos: el kirchnerismo cree que un triunfo en la tierra del vino puede ser un buen antecedente para soñar con el balotaje porteño.
Y si efectivamente hay una segunda vuelta en la Ciudad noviembre, según Clivajes, el favorito por ahora sigue siendo Larreta: 51,40% a 43,50%, con 5,10% de indecisos. Lo que es imposible de ponderar es el efecto que podría tener la figura de Fernández ya electo y una economía impredecible.
Hace una semana, Clarín adelantó otra encuesta, de la consultora Proyección, que planteó un escenario parecido: Larreta favorito, pero con un final aún abierto.
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